¿Se considera un arte la confección de joyas en España?

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Sucede muchas veces que, cuando hablamos de arte o de un tema que es muy cercano a él, siempre solemos considerar arte a un puñado de cosas. Es probable que, cuando hemos mencionado la palabra “arte” justo en la primera frase de este artículo, vuestro cerebro automáticamente lo haya relacionado con aspectos como la música, la pintura, la escultura… No pasa nada, es algo humano y que nos ha pasado a todas las personas en alguna ocasión. Pero no está de más que sepamos que hay muchas actividades que, aunque no las relacionemos con el arte en primera instancia, lo son. ¡Vaya si lo son!

Una de esas actividades es la protagonista de este artículo. Nos referimos a la fabricación de joyas, una labor que ha existido desde siempre y que, desde luego, es de una importancia muy grande para mucha gente. Una joya es un objeto muy especial para las personas. Y no es necesario que estemos hablando de una pieza carísima para que eso sea así. Basta que sea un anillo, collar, pulsera o reloj familiar para que le guardemos un cariño especial. Y son muchas las familias en las que piezas como estas van pasando de padres y madres a hijos e hijas.

Que la joyería es un arte es algo que debe quedar fuera de toda duda. Os vamos a adjuntar un vídeo subido a Youtube por la Universidad del Trabajo de Uruguay en el que se explica de qué manera se fabrican esas joyas que luego, cuando llegan a una joyería, llaman la atención de propios y extraños. En ocasiones, las imágenes son más valiosas que las palabras y creemos que con esas imágenes os podéis hacer una idea fidedigna de por qué consideramos que la fabricación de estos elementos merece ser considerado como arte por parte de todo el mundo.

En el caso de España, ¿se suele considerar que la fabricación de joyas es un arte? Hemos querido hacer esta pregunta a personas que se encuentren en relación con un sector como este y una de las que más nos ha llamado la atención ha sido la de los y las profesionales de la joyería Lorena. Desde su punto de vista, nuestro país es uno de los que más valora ese proceso de fabricación de joyas y uno de los lugares del mundo en los que más se considera que esa profesión es un verdadero arte.

No cabe duda de que lo que comentábamos en el párrafo anterior debe ser un motivo de orgullo para toda nuestra gente. España es un país que cuenta con una tradición artística de primer nivel desde hace muchos siglos y aquí sabemos perfectamente valorar todas las clases de arte. Nos genera mucha satisfacción el poder comprobar que, por mucho tiempo que haya pasado, esta tierra siga valorando el arte en todas sus formas. Habla bien de que hemos aprendido de nuestra historia y eso siempre es una buena noticia para un pueblo, con independencia de cuál sea.

La venta de joyas, como consecuencia, crece

En un lugar en el que se valora de un modo tan grande la confección de joyas, lo lógico es que su volumen de ventas sea interesante. Y es eso lo que sucede en un país como el nuestro en los tiempos que corren. No podía ser de otra manera. La ampliación del público objetivo (ahora son también los hombres quienes adquieren joyas, no solo las mujeres, como ha sucedido grosso modo a lo largo de muchas décadas) y la llegada de las nuevas tecnologías ha sido la responsable de eso.

Un ejemplo de lo que os acabamos de decir lo vamos a poner a continuación gracias a la página web Statista, que realizó un estudio acerca de la facturación de las ventas de joyas o elementos de platería o relojería por Internet desde 2014 hasta 2021. Como podemos ver, en el primer trimestre de 2014, la facturación de la venta electrónica de estos elementos no llegaba a los 5 millones de euros, pero en el tercer trimestre de 2021, esa cantidad ya estaba bordeando los 30 millones. O lo que es lo mismo: ha multiplicado por 6 su volumen de ventas por Internet. No está nada mal, ¿no?

Y estamos seguros de que va a seguir creciendo todo lo que tenga que ver con la venta de joyas en nuestro país. Ya hemos dicho que somos un pueblo que valora la confección de joyas. Esas cosas, a fin de cuentas, se traducen en ventas. Que sigamos valorando estas cosas, como antes decíamos, dice mucho de nosotros… y para bien. Confeccionar joyas es un arte con todas las de la ley y es una profesión que, por cierto, siempre llama la atención de la gente. ¿Por qué iban a ser menos estos artesanos que un músico o un pintor?

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