Maestro, la profesión más bonita del mundo

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Lo tuve claro desde que era un niño, quizás fue porque en mi etapa escolar tuve unos maestros, con mayúsculas, de esos que siempre acabas aprendiendo algo. Y sí, soy de los que sigo diciendo maestros, muchos mejor que profesores. Porque si vamos a la raíz de la palabra lo tengo claro. Procede de antigua palabra latina magister, concretamente de su acusativo magistrum, algo así como el “el más mejor”. Mientras que profesor procede del verbo profitēri ‘hablar delante de la gente’, compuesto por el preverbio pro‑ ‘delante de’ y el verbo fatēri ‘hablar. Nada que ver, ¿verdad?

En los tiempos que ahora corren se ha perdido por completo el respeto al maestro. Ya no es lo que era antes. Hasta el punto de que sufren más agresiones en las clases que nunca. Además, esa falta de autoridad también se ha trasmitido a los padres. Ahora cuando un maestro riñe a un alumno, los padres se cabrean. Dudan de la palabra del maestro y piensan que “ha cogido manía a su niño”. Antes nunca se dudaba de la autoridad. Es más, se confíaba y sabíamos que lo que hacía era por el bien. Como decía mi padre, “si el profesor te ha dado un cachete, por algo será”. Es cierto que huyo de pegar a un alumno, pero eran otros tiempos. Yo creo que hay que extrapolarlo a los tiempos de ahora y decir si “si el profesor te ha reñido, pues por algo será”.

Como os decía, desde que era un crío sabía que quería ser maestro. Son unos cuantos los profesores que me han marcado en vida. EL primero fue en EGB y se llamaba don Hilario. Era el típico profesor de los años 80, te enseñaba valores, pero es cierto que con técnicas muy antiguas. Luego en BUP llegó un profesora que se llamaba María Inmaculada, de ella aprendí que para ser bueno en tu profesión (sea la que sea) lo primero que tienes que ser es buena persona. Y por último, me marcó un profesor de la carrera, Enrique, que hace unos años que murió y me dejó tocado.

Poco valorado

Lo que no entiendo es lo poco valorado que se tiene a los maestros en España. Cuando tendría que ser al revés porque estamos hablando de personas que están criando y formando a nuestros hijos. Una curiosidad muy grande es que en España para acceder a la carrera de Educación es suficiente con tener un 5, algo que en otros países es impensable. Por ejemplo en los países escandinavos (Finlandia) se solicita un 9, como a los médicos en España. ¿Por qué? Pues porque no pueden imaginarse que los que van a formar a sus hijos no sean excelsos, no sean los mejores. De ahí que me guste mejor decir maestro, por esta cuestión.

También es cierto que en España tampoco están bien pagados los profesores. En mi caso, creo que merezco algo más porque no son las famosas horas en las que estamos dando clase. Un profesor es mucho más que dar clase. Es prepararlas, es documentarse, posteriormente es corregir exámenes, hacer tutorías, etc. Y ahora en la era de las tecnologías, los profesores ya no pueden ir a leer la lección y ya está. Ahora hay que conocer de redes sociales, de presentaciones en Powerpoint, y si me apuras hasta de tiktoker.

Lo que sí recomiendo es que hagas como yo, si tienes muchas ganas de ser profesor tienes que luchar por ello. Sé que es complicado, solo hay que ver la cantidad de personas que se presentan a las oposiciones, por eso, os recomiendo que os preparéis mucho. Hay que ir a academia de oposiciones de Valladolid donde te preparen para las oposiciones a maestros. Ahora, como nos indican desde Preparadores de Valladolid, existe la posibilidad de preparación online, semipresencial y a distancia y se cuenta con una oferta variada y adaptada al tipo de formación que buscas. Por ejemplo, cursos completos: temarios propios, resolución de casos prácticos, elaboración y defensa de la programación y unidades didácticas.

Y así es cómo os cuento mi vida como maestro. Ahora yo intento ser una mezcla de maestro con profesor. No quiero ser el profe enrollado, superguay, porque creo que hay que marcar la distancia, pero tampoco quiero ser el maestro hueso que llega y se pone a dar la lección. Creo en la interactividad, creo en la conexión, pero sobre todo creo en que hay que tener respeto y autoridad por el maestro.

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