Arte con flores

La naturaleza nos regala excelentes obras de arte que permanecen solo por el instante en que las contemplas. Un paisaje con una cálida puesta de sol, el amanecer en una playa, impresionantes vistas desde lo alto de una montaña… y por su puesto bellos campos de flores que componen un arte natural difícil de replicar. Podríamos decir que, la naturaleza, es arte. Un arte en bruto que se pude pulir en algunos aspectos, como el caso de las flores que, puede con ayuda de una mano experta, convertirse en una obra de arte, gracias a los que se dedican a trabajar con ellas. Como es el caso de Mundoflor, expertos en artículos de decoración y florales.

El uso de las flores por parte del ser humano, es una tradición milenaria que siempre ha ido enlazada con lo divino y la celebración. De algún modo, los seres humanos, sentían conexión con la naturaleza gracias a ellas. Al mismo tiempo, se han utilizado para hacer tránsitos en los malos momentos o comunicar mensajes sin necesidad de palabra: cada flor o planta, cuenta con su propio significado y en conjunto, un lenguaje único, amplio y universal.

Dentro del mundo de las flores, podemos encontrar infinidad de variaciones en sus aplicaciones y usos, desde la homeopatía, con fines sanadores hasta el arte floral en el estricto significado de la palabra. Al margen de sus propiedades y demás usos y aplicaciones, vamos a centrarnos en este artículo en el arte floral y esa disciplina conocida como diseño floral que, cada vez, esta mas en auge.

El diseño conlleva arte y el arte, diseño. De algún modo ambos términos confluyen para dar como resultado composiciones de todo tipo. En este particular, el diseño floral, constituye ese arte en el que se crean hermosas y bellas composiciones don flores, hojas, adornos y elementos creativos, con la finalidad de transmitir un significado y una emoción, es decir, un mensaje en concreto. Como todo arte que se precie, el arte floral, requiere de una técnica que sea ejecutada por un artista creativo y sensible que sepa combinar los diversos elementos de una forma única.

La técnica y sus pasos fundamentales

Como toda técnica, artística o no, las que utiliza el diseño floral, se compone de una serie de aspectos o factores fundamentales que los artistas consideran a la hora evaluar los resultados de sus trabajos. No se trata de llegar y colocar un montón de flores y elementos de cualquier forma, si no de realizar una composición que contenga una serie de elementos y cumpla con algunos criterios.

A la hora de realizar un diseño y previo a su ejecución y también, a posteriori, hay que tener en cuenta la proporción. En el caso del diseño floral, esta hace alusión a la relación que existe entre el tamaño de los elementos que componen el diseño: flores, follaje, recipiente, elementos ornamentativos y demás componentes deben guardar una relación proporcionada entre sí.

Para que la proporción sea la adecuada, hay que contar con la escala que, hacer referencia a la relación que existe entre el tamaños de la pieza del diseño floral, ya terminada y su entorno. Como ejemplo visualicemos un centro de mesa para una boda en relación con el tamaño de la mesa. A modo de regla universal, proporcionalmente hablando, el diseño floral debe ser de entre una y media a dos veces más grande que el tamaño del recipiente. Estas proporciones en función de la escala proporcionan equilibrio al diseño.

Armonía. Otra palabra clave en el mundo del diseño floral. La armonía se refiere a la combinación de materiales, colores y texturas que componen el diseño y deben dar como resultado una composición agradable. Si todos los elementos que componen un arreglo combinan y son adecuados para el propósito final del diseño, se ha encontrado la armonía. La clave, que nada desentone.

La unidad se logra cuando todos los principios y elementos del diseño, se encuentran presentes y bien ejecutados. Conseguir unidad en la composición, conlleva que la composición en su conjunto sea más importante que sus partes.

Aunque no lo parezca, el diseño floral, debe tener ritmo. En este caso particular, no se trata de sonidos sino de un flujo visual. Este ritmo, proyecta la dirección que sigue el ojo cuando ve el diseño, invitando a la mirada a moverse alrededor y a través del diseño desde el punto focal hacia sus bordes y viceversa. El ritmo, permite que el diseño fluya y posea movimiento de tal manera que mantenga la atención del espectador. Se consigue mediante la colocación de los colores, materiales, formas, líneas y espacios que se utilizan en la composición.

No puede faltar en todo diseño que se precie, el equilibrio. En el diseño floral, se diferencian dos tipos de equilibrio: físico y visual. El primero de ellos, hace referencia a la distribución de los elementos y por lo tanto, al peso que tienen en el diseño. Puede parecer sencillo, pero algunas flores y follajes son especialmente pesados y el objetivo, es que el diseño, se mantenga en pie y no caiga. Para el equilibrio visual, se contempla que el diseño sea equilibrado a la vista. En este sentido, encontramos tres tipos: simétrico, asimétrico y abierto. Lo más habitual es utilizar los primeros, ya que los otros son más difíciles de conseguir, pues dependen más del ojo artístico y el conocimiento de la técnica.

Un buen diseño floral, requiere de un punto focal, esa área de énfasis que es el factor fundamental del diseño y, cuyo objetivo es atraer la mirada del espectador. Puede crearse colocando elementos dominantes o que contrasten, de forma particular o grupal. El contraste entre punto focal y diseño, puede crearse mediante la forma, el tamaño, el color o la textura.

Flores, arte, historia

El diseño floral no es moderno ni novedoso, ni siquiera tiene una historia cercana. Los aspectos en los que se basan las actuales técnicas de diseño floral, son el resultado de un proceso histórico milenario que ha ido cargando a las flores de un amplio significado social, espiritual y estético. Durante milenios, ese proceso ha seguido imparable hasta convertirlas en lo que representan en la actualidad que, a buen seguro, seguirá avanzando con las generaciones venideras.

Ya en la época egipcia, el uso de los arreglos florales era habitual. Aunque su forma de uso era diferente a la actual y se consideraban los diseños un lujo reservado a la alta sociedad de la época.

Los orientales, concretamente los japoneses, denominaban y denominan Ikebana a su arte floral. Conocido también como Kado, sigue unas reglas y un simbolismo preestablecido que conecta las flores con lo sagrado. Se trata de un arte floral especialmente interesante que parte de esa creencia de que todo esta repleto de divinidades que habitan en elementos como plantas y piedras.

Grecia y Roma, grandes civilizaciones que se valían de las flores para crear arreglos florales en forma de guirnaldas y coronas que fue trascendiendo durante siglos. La evolución de los arreglos florales y los diseños que con ellos podía hacerse, siguió en épocas más recientes como el renacimiento, donde los pintores, gustaban de plasmarlos en sus lienzos.

Durante la época victoriana, los arreglos florales, denotaban riqueza y estatus en la comunidad. Empieza el auge y devoción por contar con flores en los jardines, cuidarlas, recogerlas y exhibirlas o regalarlas a los amigos y conocidos.

Actualmente, convivimos con las flores de forma natural. Están mas que presentes en nuestro día a día. Aunque esa convivencia, sigue líneas occidentales, enfocadas a la estética y el estatus social en la mayoría de las ocasiones, también conferimos significados más trascendentales y espirituales.

Algunas de las razones para acercarse al diseño floral y explotar todo el talento natural de diseñador y flor, pueden ser aprender a crear belleza o despertar emociones. Aprender los fundamentos y bases del diseño floral, potencia los talentos y fortalece el músculo artístico. Trabajar con flores es algo especial que te conecta con la belleza natural y la propia naturaleza. Aparte de ser una actividad divertida y creativa.

Para dedicarse a este tipo de arte, no es necesario demasiado. Con tener ganas y sentir la curiosidad necesaria para introducirte en el mundo de las flores, lo demás irá rodado. Los materiales no son muchos ni complicados de conseguir y como hobby puede ser muy interesante y más económico que otros. Pero si además quieres labrarte una profesión como diseñador o diseñadora floral, es más que posible.

En este caso, puedes apuntarte a cursos básicos para iniciarte y seguir aprendiendo en niveles superiores, además de con la práctica. Meterte en el mundo del diseño floral, conocer gente que conozca las técnicas y aprender de ellos, es una excelente manera de pulir tus cualidades.

Una vez que conoces las herramientas y materiales necesarios, te has familiarizado con ellos y has hecho tus pinitos con las flores, tienes que crear tu estilo propio. El diseño floral, es un arte y, como todo arte y su artista, tiene que tener su propio estilo. Ese sello distintivo que cuando alguien lo vea, reconozca su procedencia.

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