Muchas personas en todo el mundo coleccionan armas medievales. Una época histórica, plagada de leyendas, que causa admiración. Echamos un vistazo a las armas medievales más coleccionables.
De las armas medievales que se compran en la actualidad, la gran mayoría son copias fabricadas industrialmente. Sin embargo, todavía existen maestros armeros que las replican de manera artesanal. Son estas las más apreciadas por los coleccionistas.
Hace unos días, mi amigo Vicente, de Tomelloso (Ciudad Real) me enseñó su colección de espadas medievales. Una buena parte de ellas las tiene colgadas en el comedor. Me cuenta que su afición comenzó cuando en un viaje a Toledo compró una réplica de una espada castellana del siglo XV. La espada original era anterior a la toma de Granada por parte de los Reyes Católicos. En la pared del salón tiene colgado un florete italiano del siglo XVI y otra espada grande y pesada conocida como espada bastarda.
Vicente me comenta que coleccionar armas medievales no es una afición sencilla. No hay tantos sitios, según él, donde poder encontrar réplicas de calidad. Internet parece ser el refugio de los aficionados a colecciones singulares como la suya. A pesar de que existen foros y grupos en redes sociales, al encargar las armas por la red y no verlas antes de adquirirlas, corres el peligro de que te cuelen alguna piltrafa. Por eso Vicente me cuenta que para ampliar la colección nada mejor que recurrir a páginas especializadas.
Hace unos meses compró una espada de Carlo Magno de bronce en Armas Medievales, una tienda online de Madrid especializada en armas blancas históricas. Vicente me muestra la diferencia evidente que hay entre una réplica de calidad y otra más barata, peor confeccionada, donde no se cuidan los detalles.
Tras investigar un poco sobre el tema, he llegado a la conclusión de que estas son las armas medievales más demandadas por los coleccionistas.
Espadas.
En el foro de la revista digital armas.es, varios participantes señalan las espadas como su arma medieval preferida. Un arma que asocian con la época de los caballeros.
Existen algunas espadas históricas que no suelen faltar en casi ninguna colección. Me estoy refiriendo a la Tizona, la espada que usaba el Cid “Campeador” o Excalibur, la espada del rey Arturo. Otras espadas emblemáticas que se replican con frecuencia son la espada del Rey Ricardo Corazón de León, la espada de los Templarios, la de Carlo Magno o la espada de San Fernando, conocida como “Lobera”, usada por el rey Fernando III de Castilla.
Aunque no son estrictamente medievales, otras espadas que suelen buscar los coleccionistas son las espadas vikingas, las espadas de los gladiadores romanos, la espada de Julio Cesar, la de Alejandro Magno, la de Cristóbal Colón y la de Napoleón. Normalmente, la colección de espadas está ligada a la historia que hay detrás de cada una de ellas.
En Europa, las espadas que se usaban en la edad meda tenían una longitud de entre 85 y 115 centímetros. Había otras más largas y pesadas, como las espadas bastardas que llevaban los soldados que combatían a pié y que sujetaban con dos manos.
Unas espadas medievales que llaman bastante la atención son las cimitarras árabes. Con una hoja curva y un peso ligero. Fabricadas así para usarlas en los combates a caballo.
Las ballestas.
Estas armas comienzan a utilizarse con frecuencia en Europa a partir del siglo X, sobre todo en las guerras que se producían entre los reinos centroeuropeos. Era una evolución del arco, más fácil de utilizar y que ofrecían una mayor precisión en el tiro.
Tenían un potente arco metálico y un sistema de cuerdas y poleas, que funcionaban como un muelle, que se llamaba arbaletra. Disponían de un gatillo disparador y de una mirilla en el extremo superior que las convirtieron en el precursor de las primeras armas de fuego.
Para transportarlas solían tener un estribo que se acoplaba al correaje del caballo o un gancho de cinturón. A partir del siglo XIII empiezan a utilizar cabrestantes para tensar mejor las cuerdas, usando una manivela para volver a cargar la ballesta. Después, en el siglo XIV se perfecciona su mecanismo utilizando un sistema de poleas.
Otro elemento curioso de estas armas era su munición. En lugar de usar flechas de madera con punta de metal, como los arcos, empleaban unos proyectiles más cortos, fabricados en hierro, llamados virotes. Pesaban cuatro veces más que una flecha, pero aprovechaban mejor la fuerza cinética del arma.
Como curiosidad cabe destacar que la ballesta es un arma de origen chino, que ya se utilizaba en Asia en el año 400 antes de Cristo y que llega a Europa por medio del comercio.
Martillos y hachas.
Los martillos y hachas eran armas de combate bien afiladas, en la que una de sus funciones era romper las armaduras de los soldados.
Una de las estrategias de combate entre ejércitos a campo abierto era la de emplear a varios soldados a caballo armados con maza, hacha o martillo y después la infantería.
Durante la edad media no existían ejércitos profesionales. Lo más parecido eran las órdenes militares, formadas por monjes que al mismo tiempo eran soldados. Los ejércitos los conformaban los señores feudales, reclutando a los siervos, que por lo general engrosaban el cuerpo de infantería.
Las hachas ya venían siendo utilizadas por los pueblos bárbaros, los no romanizados, durante la antigüedad. En la edad media se perfeccionan las hachas de combate haciéndolas más ligeras, más manejables y mejor afiladas. Entre las hachas medievales destacan las normandas, usadas en las cruzadas, y el hacha de pico, con un extremo de la hoja inspirada en los martillos.
Las dagas.
Las dagas eran un arma blanca usada como arma secundaria, que el soldado empleaba para matar al enemigo una vez lo tenía reducido. También se empleaba como arma defensiva. Son cuchillos punzantes, cortos, con una longitud de apenas unos 30 centímetros, incluida la empuñadura y fácil de guardar.
Aunque no son tan impresionantes como las espadas, las hachas o las ballestas, coleccionar dagas medievales es todo un universo apasiónate, debido a la amplia variedad de modelos que existen.
Al principio de la edad media, ni siquiera tenían guarda para proteger la mano. Había algunas carentes de detalles, mientras que otras tenían en la empuñadura incrustaciones de piedras preciosas, ya que se utilizaban como parte integrante de una armadura de ceremonia.
Algunas dagas medievales curiosas eran la daga de orejas, usada por los árabes en el Reino de Granada en el siglo XV, con una guarda con forma de disco y una empuñadura fabricada en hueso o marfil. La daga escocesa, también llamada “Dirk”, era algo más larga de lo habitual y tenía una hoja de espada, en lugar de cuchillo, y una empuñadura fabricada en madera de brezo. El estilete era una daga con la hoja fina, pensada para atravesar las armaduras de malla. La daga quinceada, fabricada en Italia a principios del siglo XV, se usaba como arma defensiva de la población civil. Y la Gumía, una daga árabe de hoja curva, sigue sorprendiendo hoy en día por los detalles y maestría con los que está trabajada la empuñadura. Empleando para ello cachas nacaradas con incrustaciones de piedras preciosas.
Armas japonesas.
Un mundo aparte en el panorama de la colección de armas medievales son las armas japonesas. El embrujo que sobre nosotros despierta la cultura nipona, unido a la popularidad que han alcanzado fenómenos culturales como el manga y el anime, han hecho que algunas personas se lancen a coleccionar armas de este país del extremo oriente.
Según el blog Japón Alternativo, estás son las armas japonesas más populares:
- La Katana.
Es un sable largo, de entre 60 y 90 centímetros de longitud, con una hoja ligeramente curvada y uno de sus filos extremadamente afilado. Se introduce en Japón en el siglo X procedente de China. Es conocida como la espada de los Samuráis, pero en realidad se trata de un arma de ataque pesada, difícil de manejar. Su diseño estaba pensado para derribar a los enemigos del caballo e iniciar un combate cuerpo a cuerpo.
- Wakizashi.
Esta es la espada corta de los samuráis. Con una hoja de entre 30 y 60 centímetros, estaba especialmente diseñada para los combates a pie. Aunque en ocasiones pudiera recordar a una daga, en realidad está elaborada como una Katana en miniatura, trabajando en especial su peso y equilibrio para que sea fácilmente manejable.
El arte de usar el Wakizashi dio lugar al Kendo.
- El Tachi.
Es una espada anterior a la Katana que ya se utilizaba en Japón desde la antigüedad. Tiene un tamaño intermedio entre esta y el Wakizashi, y su hoja es algo más curvada. Se utilizaba en un principio para efectuar un combate con espada a caballo.
En la iconografía militar japonesa es la espada que lleva enfundada el soldado a la espalda y solo era accesible para los samuráis de mayor rango.
Como vemos, las armas medievales son todo un sector apasionante en el mundo del coleccionismo histórico y militar.