El vino es algo más que una simple bebida apreciada por los paladares más sofisticados y los que aprenden a saborear sus matices y complejidad. Esta bebida no solo aporta ese aire distinguido a cualquier mesa, ha servido como protagonista de muchos momentos en la gran pantalla. El mundo del celuloide ha encontrado en el vino el compañero perfecto para dejar huella en nuestra retina. Nadie como la industria cinematográfica ha sido capaz de aprovechar esa riqueza y complejidad de la que hace gala el vino. Copa en mano, las historias más cautivadoras de la gran pantalla, ha dejado una huelle indeleble en nuestra cultura popular.
Desde las comedias dramáticas más románticas hasta el documental más audaz, el vino ha demostrado con creces ser uno de los elementos más versátiles dentro de la narrativa cinematográfica, tan particular y propia. Sea explorando la meticulosa habilidad y pasión que implica la producción de un buen vino, el arte de la cara o como elemento de atrezo y telón de fondo para sostener bellas historias de amor, amistas o autodescubrimiento, el vino ha contado con un papel protagonista en infinidad de películas a lo largo de la historia de la cinematografía.
Para los amantes del cine y los del vino, este artículo pretende hacer un repaso por algunas de las películas más memorables de la historia del cine, en las que el vino no solo fluye por las copas, al mismo tiempo, impregna la trama y la llena de matices. Justo como una buena copa de vino. Si te gusta el vino y te gusta el cine, puedes acercarte a tu vinoteca particular, como estas cavas a medida que puedes encontrar en Vicave, expertos en conservación de vinos, o sacarlo de la despensa, descorchar una botella, servirte una copa y disfrutar de ella mientras te contamos que películas nos han hecho vibrar con el vino como telón de fondo.
El vino sin óscar, pero con denominación de origen
Viñedos soleados al más puro estilo Falcón Crest. Bodegas rústicas donde las copas rebosan de vino, botellas vacías y la compañía de los personajes protagonistas a quienes, el vino, roba el protagonismo. A lo largo de los años, son muchas las películas que han convertido el vino en algo más que un accesorio a incluir en sus películas. Han hecho que el vino se convierta en un personaje con voz propia que, a través de la vinificación, la cata y el deleite de los paladares con su sabor, posea voz propia y se convierta en el tema central de su narrativa. A continuación, algunos títulos donde el vino ha sido parte del escenario.
Nos remontamos a los años sesenta con “El secreto de Santa Vittoria”. La trama de esta película italiana del año mil novecientos sesenta y nueve, se desarrolla en un pueblo vinatero, llamado Santa Vittoria, en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial. La llegada del fin del fascismo y la muerte de Mussolini, hacen que el alegre y pizpireto borracho local, se convierta en alcalde. Ante la amenaza de una inminente ocupación por parte de los alemanes, los habitantes del pueblo unen sus fuerzas para ocultar su mayor tesoro: su cosecha de vino. Se trata de una tragicomedia sobre la resistencia, la astucia y la importancia del vino para definir la identidad de un pueblo.
Unos años más tarde, por el año mil novecientos noventa y cinco, se estrenaba “French Kiss”, una comedia romántica en la que Meg Ryan, en su papel de Kate, viaja a Francia para enfrentarse a su prometido que le ha sido infiel. Sus planes se ven interrumpidos cuando se involucra en un asunto de contrabando con Kevin Kline, en un papel de estafador que lleva a la protagonista a sumergirse en el mundo de la vinificación, en un vano intento de recuperar a su prometido.
De la misma cosecha, encontramos “Un paseo por las nubes” que, como la primera de la lista, se ambienta poco después de finalizar la Segunda Guerra Mundial. En este caso, los protagonistas, algo más sobrios, son Keanu Reeves y Aitana Sánchez Gijón. Un soldado estadounidense y la hija embarazada del propietario de un viñedo que cruzan sus caminos, cuando ella le convence para que finja ser su esposo, ante su estricta familiar de viticultores. Este acto de bondad, traspasa los límites para convertirse en una apasionada historia de amor entre los viñedos mexicanos.
Un año más tarde, en mil novecientos noventa y seis, “Sangre y vino”, protagonizada por Jack Nicholson, es un thriller dramático cuyo título, dice todo. El protagonista, un comerciante de vinos de Miami, se enfrenta a la quiebra de su negocio. Para tratar de salvar su situación, planea el robo de un collar de diamantes. El plan se complica cuando su esposa e hijastro se ven involucrados. Desesperación, traición y codicia, se aderezan con el vino para poner a prueba todo tipo de relaciones.
Aclamada por la crítica, en el año dos mil cuatro, se estrena una comedia dramática cuyo título, igualmente deja claro el contenido: “Entre copas”. La cinta sigue a Paul Giamatti, en el papel de Miles, un divorciado deprimido, aspirante a escritor y claro apasionado del vino. Como regalo a su amigo Jack, interpretado por Thomas Hyden Church, un actor fracasado a punto de casarse, se van de viaje por el Valle de Santa Ynez, en el que uno busca libertad antes del matrimonio y el otro, deleitarse con los excelentes vinos del valle.
Otros títulos igual de vitivinícolas
De la mano de Ridley Scott y su fiel escudero, Russel Crowe, se estrena en el año dos mil seis, “Un buen año”. En esta ocasión, el protagonista, un corredor de bolsa de éxito en Londres, hereda un viñedo de la Provenza francesa. Aunque en un principio, Max, tiene la intención de vender la propiedad, sus recuerdos de la infancia y el encanto que posee el lugar, hacen que reconsidere su postura. Mientras se familiariza con ese estilo de vida de la Provenza, conoce a Fanny que junto a sus vivencias, hace que se plantee su vida en Londres.
Un caso inspirado en un momento real dentro el mundo del vino, nos llega con “Bottle Shock” en dos mil ocho. Esta película tiene como telón de fondo la competencia del vino que se produjo en el año mil novecientos setenta y seis. Momento en el cual el vino de California derrotó al vino francés en una cata a ciegas. El protagonista, Steven Spurrier, interpretado por Alan Rickman, es británico expatriado en París que posee una tienda de vinos con poca clientela. Tratando de salvar su negocio, viaja al Valle de Napa en California para organizar una cata a ciegas. Eso sí, no espera el revuelo que se produce en la industria vinícola.
De bodegas y tradición nos habla “You will be my son”, del año dos mil once. Esta película, nos cuenta la tensa relación entre Paul de Marseul, interpretado por Niels Arestrup, propietario de una prestigiosa bodega y su hijo. Mientras que el padre es apasionado y exigente, al tiempo que carece de la fe necesaria en las habilidades de su hijo para que continúe con el legado familiar, considera al hijo del gerente de la finca, el candidato ideal exacerbando el conflicto con su hijo. Se trata de una lucha de poder con una elevada carga emocional.
Dejamos a un lado el mundo del celuloide y nos pasamos al documental. En dos mil doce, “Somm” sigue a cuatro sumilleres en un intento de aprobar el prestigioso y difícil examen del Master Sommelier. Superar este examen es una ardua tarea pues su índice de aprobación, es de los más bajos a nivel mundial. Durante el examen se ponen se ponen a prueba todos los conocimientos del candidato sobre los matices del vino, los licores y el servicio al cliente. Esta película documental, pone una nota de humor, emocional y reveladora al misterioso mundo de la Corte Master Somemeliers, poniendo en la mesa la intensidad de la preparación y presión a la que se enfrentan los profesionales del vino.
Otro documental, en este caso de dos mil catorce, narra la historia de un grupo de amigos, conocidos como los chicos rebeldes. “Barolo Boys: la historia de una revolución” cuenta como estos chicos, cambiaron la industria del vino en las décadas de los ochenta y noventa. El documental centra la mirada en cómo estos jóvenes viticultores, transformaron el Barolo, un vino desconocido en uno de los mejores del mundo. Ambientada en las colinas de Langhe, Italia, representa los conflictos generacionales, las ideas y las disputas que definieron la revolución.
Podríamos seguir citando películas en las que el vino es el protagonista o, como mínimo, el telón de fondo. Cine y vino son el maridaje ideal para disfrutar de ambos elementos, al mismo tiempo. Estas películas, ofrece esa fascinante visión sobre la industria del vino y su cultura, al tiempo que exploran esos temas universales tan cotidianos como el amor, la amistad, la familia y la pasión que suscita el vino. Como aficionado al cine o como amante el vino, cualquiera de estos títulos, te proporcionarán esa copa de entretenimiento y emoción que un buen vino, potenciará.